La tercera temporada narra los sucesos ocurridos tras la alianza de Ragnar con el Rey Ecbert. Y finalizando la temporada, el asalto del líder norteño a la gran capital de la cultura de la época, París.
Una temporada muy floja, tremendamente floja más bien... uno cuando ve una serie llamada Vikingos pretende ver batallas, sangre y berserkeres. Y cuando la financia el canal Historia pues tienes la garantía de que va a ser bastante didáctica, con fuentes históricas documentadas y tecnología de la época. En resumen, esperas sentir la crudeza y el salvajismo de la vida de los nórdicos medievales. Lo que no esperas es ver al poderoso Ragnar Lodbrok rellenando la solicitud B-117 sección A para la declaración de la renta del año fiscal anterior. Vamos, que una temporada muy lenta, muy floja, muy civilizada y con unas relaciones inetrculturales de lo más cordiales. Solo al final de la temporada la cosa empieza a ser interesante, empieza a cumplir espectativas y a enganchar. Pero si el grueso central de la serie, episodios de casi una hora, son flojos, un final apropiado no levanta la temporada. Por todo ello su valoración cae en picado y no genera mucho interés para la siguiente.
Valoración:
No hay comentarios:
Publicar un comentario